De porte y donaire colonial, esta edificación construida en 1836, fue residencia de familias de renombre y opulentos hombres de negocios. En 1885, el Hotel Florida abre sus puertas adaptado al confort americano y europeo, llegando a ser uno de los más reconocidos de la capital.
Con el esplendor de entonces, el Hotel Florida renace en la antigua Habana, cautivando al turista con todo su encanto y belleza arquitectónica. En una céntrica esquina de la calle Obispo, se erige majestuoso, a unos metros de la Plaza de Armas, rodeado de comercios, galerías de arte y atractivos museos que crean la atmósfera mágica de su entorno. Un distinguido ambiente y un servicio personalizado lo invitan a descubrir el encanto del pasado desde el presente. |